Esta exposición me gustó mucho y además, me hizo reflexionar bastante sobre cómo evoluciona la sociedad, y con ella, la educación. Seguramente, desde mi generación hacia atrás, no habría tanta tecnología en el aula como ahora. Este tema lo debatimos en la clase.
Hicimos una lista de cosas tradicionales y de otras tecnológicas y después teníamos que decir cuál quitaríamos, por ejemplo una agenda escolar y una agenda digital. Ésta última fue la que mi grupo y yo decidimos quitar. Creo que hay aplicaciones, programas y muchos recursos maravillosos que incorporar en el aula para hacer más interesante y entretenido el aprendizaje, pero hay otros recursos que considero innecesarias ya que el alumnado puede acomodarse rápidamente a la tecnología como es con el caso de los libros digitales. ¿No disfrutarían los niños y las niñas el olor a libro nuevo? Es cierto que los libros suelen tener un alto coste, pero también tenemos que saber que hay programas de ayuda en los colegios y que pueden haber miiiiiles y miles de adaptaciones para que nuestros niños puedan disfrutar de la educación, como fotocopias, dosieres, fichas... lo importante es que los niños no olviden que deben combinar lo tradicional y lo digital. Y tú, ¿de qué bando eres?
